Cómo aprender a distinguir entre entre emociones y sentimientos

Estos son los fundamentos para saber distinguir entre sentimientos y emociones en el día a día.

 

Saber distinguir entre las emociones y los sentimientos es una de las partes más importantes de desarrollar Inteligencia Emocional.

Y es que comprender la naturaleza y características de estos fenómenos psicológicos ayuda a entendernos mejor a nosotros mismos y a los demás, y a modular mejor nuestros estados mentales.

¿Qué son las emociones y los sentimientos?

Empecemos por las definiciones básicas para entender lo que son las emociones y los sentimientos.

Las emociones son consideradas cambios en el estado físico del cuerpo, con modificaciones tanto en la liberación de hormonas como de neurotransmisores en el sistema nervioso, que nos predispone a reaccionar de una manera determinada ante los estímulos generados por una situación concreta. Es decir, que surgen a partir de estímulos que, una vez han sido “registrados” en el cuerpo, activan ciertos mecanismos en el organismo, y estos aumentan las probabilidades de que nos comportemos de una manera específica. Por ejemplo, al acercaros a un precipicio, nuestros sentidos (especialmente la vista) hace nacer en nosotros u miedo que nos impulsa a reaccionar rápidamente alejándonos de esa zona de peligro, el borde de una caída de varias docenas de metros.

En cambio, los sentimientos son estados afectivos surgidos a partir de nuestra interpretación de lo que nos pasa por la cabeza, ya sean representaciones mentales de lo que ocurre a nuestro alrededor, recuerdos, o situaciones imaginadas. Por ello, se suele decir que los sentimientos dan forma a las emociones cuando somos conscientes de ellas y las interpretamos de una manera concreta.

Así pues… ¿Qué viene antes, la emoción o el sentimiento? La respuesta más acertada es que ambas y a la vez ninguna. Resultaría muy intuitivo asumir que como las emociones surgen de las estructuras más primitivas de nuestro sistema neuroendocrino ellas entran en escena antes, pero en realidad estas se ven influidas constantemente por los sentimientos prácticamente desde que tenemos la capacidad de pensar, por lo que se establece un círculo de constante interacción entre ambos elementos.

Características de las emociones y los sentimientos

Las claves para distinguir entre emociones y los sentimientos en el día a día

Estas son las principales ideas clave a tener en cuenta para aprender a distinguir entre sentimientos y emociones.

1. Las emociones surgen más allá de la consciencia

Como hemos visto, las emociones emergen desde mecanismos íntimamente ligados al funcionamiento general del organismo. Por eso, existen independientemente de nuestra consciencia, estando presente en toda clase de animales.

En cambio, desde un primer momento somos mucho más conscientes de los sentimientos que experimentamos, aunque eso no significa que resulte sencillo comprenderlas.

 

2. Las emociones son universales

Otra de las características distintivas de las emociones es que son universales, es decir, existen del mismo modo en seres humanos de todas las culturas, y se reflejan como tales en las expresiones faciales espontáneas. Además, todos los seres humanos reconocen e identifican bien las expresiones faciales asociadas a cada emoción.

3. Las microexpresiones reflejan más las emociones que los sentimientos

Como las emociones tienen profundas raíces en nuestra evolución, los músculos de nuestra cara las reflejan muy bien, por lo que las comunicamos de manera inconsciente y automática. En cambio, los sentimientos son expresados de manera más consciente y a través de filtros culturales, como movimientos cuyo significado ha sido consensuado de antemano.

4. Los sentimientos son más difíciles de comprender

Como los sentimientos son muy variados (porque son una mezcla de muchos procesos psicológicos abstractos y dependen de las características de cada cultura), cuesta más identificarlos y conocer su alcance.

En cambio, las emociones son más predecibles y, al existir menos cantidad de ellas y contar con adaptaciones para reconocerlas rápidamente (también en los demás, detectando cambios sutiles en las expresiones faciales), se nos da mejor reconocerlas.

5. Tenemos una mayor capacidad para regular los sentimientos

Finalmente, otra de las claves para distinguir entre las emociones y los sentimientos que tienen más aplicaciones prácticas es el hecho de que los seres humanos tenemos más posibilidades de controlar y gestionar los segundos que los primeros.

Esto se debe a algo que ya hemos visto: las emociones emergen a partir de cambios físicos automáticos y ajenos a nuestra voluntad que tienen lugar en todo nuestro cuerpo, mientras que los sentimientos son productos de la interacción de pensamientos abstractos guiados, en parte, a través de nuestra voluntad. Nosotros decidimos alimentar una u otra idea, reflexionar sobre algo, explorar las implicaciones de una creencia o de una hipótesis acerca de la realidad, etc.

Es cierto que también tenemos un cierto margen de maniobra para gestionar las emociones, pero es siempre de u modo más indirecto que el modo en el que lo hacemos con los sentimientos: debemos crear contextos y situaciones que afecten al ritmo de nuestro corazón, a nuestra respiración, al grado en el que nuestros sentidos reciben estímulos, etc. Y los resultados que obtenemos con esta clase de estrategias son más imprecisos. Por eso se recomienda modificar las emociones a través de los sentimientos, dado que de este modo se consigue una mayor estabilidad en el estado mental alcanzado, al empezar por aquello que podemos manejar de un modo voluntario e influir desde ahí en lo visceral, dándole consistencia al ciclo emoción-sentimiento-emoción.

By Avance Psicólogos

COMPETENCIAS PROFESIONALES NECESARIAS PARA TENER ÉXITO HOY

En la actividad empresarial es preciso encontrar personas que sean capaces de enfrentarse a situaciones cambiantes y puedan resolverlas de manera ventajosa. Para ello, la posesión de conocimientos es importante pero , en la mayoría de las ocasiones, no es suficiente.

Si uno analiza el perfil de las personas que han tenido éxito en los negocios descubre que la mayoría de ellos no se han caracterizado por un brillante expediente académico o un apabullador curriculum con muchos doctorados y masters, más bien al contrario. ¿Que significa eso? Significa que el éxito en la empresa se consigue con mucho trabajo y con el desarrollo de una serie de habilidades que van más allá de las puramente académicas. A ese conjunto de conocimientos, habilidades, aptitudes y actitudes que poseen las personas capaces de resolver problemas reales se les llama: competencias profesionales.

A continuación hemos querido recoge algunas de ellas porque nos parece interesante profundizar, en aquellas que determinan con mayor probabilidad el éxito empresarial.

Adminístrate a ti mismo

  • Capacidad de autodesarrollo
  • Capacidad de delegar
  • El establecimiento de metas
  • Templanza y dinamismo
  • Espíritu resolutivo orientado hacia la acción.
  • Habilidades comunicativas
  • Manejo del estrés
  • Gestión del tiempo
  • Habilidades de escritura
  • Resiliencia
  • Ética
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Administrar otros

  • Gestión del cambio
  • Entrenamiento
  • Empleados en desarrollo
  • Interacciones difíciles
  • Trabajo en equipo
  • Colaboración global
  • Contratación
  • Liderazgo
  • Credibilidad
  • Capacidad de persuasión
  • Creación de equipo
  • Gestión de equipos
  • Aprovechando sus redes

Administrar el negocio

  • Pensamiento estratégico.
  • Desarrollo del plan de negocios
  • Planificación y ejecución de estrategias
  • Gestión de crisis
  • Enfoque en el cliente
  • Toma de decisiones
  • Diversidad
  • Ética en el trabajo
  • Fundamentos financieros
  • La innovación y la creatividad
  • Implementación de innovación
  • Visión comercial
  • Capacidad de negociación
  • Medición del desempeño
  • Pensamiento estratégico

Competencias técnicas

  • Capacidades analíticas
  • Capacidades idiomáticas.
  • Capacidades de manejo de herramientas tecnológicas de análisis de datos.
  • Capacidades didácticas.
  • Diseño de proyectos
  • Capacidades de manejo de herramientas tecnológicas de comunicación.
  • Competencias de análisis financiero.
  • Creatividad en la resolución de problemas
  • Competencias de marketing y comerciales
  • Habilidades en medios de comunicación